Hollywood se ha puesto manos a la obra para llevar a cabo un proyecto sobre Tintín, no diré a la altura de los comics de Hergé (sería una exageración), pero sí de gran calidad. Los culpables son Spielberg y Peter Jackson.
La película es un espectáculo visual; a través de la técnica de capture motion, uno no sabe si el mérito es de Jamie Bell (Tintín) , Daniel Craig (Sakharine) o de la tecnología, pero lo cierto es que resultan realmente bellos y estéticos, tanto los movimientos como la atmósfera, a camino entre la realidad y el dibujo.
La historia, responde a la idea de película de aventuras que tengo en la cabeza, y que selló a sangre y fuego Indiana Jones. El dinamismo narrativo, los personajes no salen de un problema cuando ya se están metiendo en otro, los pequeños toques de humor de Hernández y Fernández, así como la caprichosa fidelidad para con los cómics hacen de esta película una obra maestra del entretenimiento. Tintín y el Secreto del Unicornio cumple las expectativas, mantiene la esencia y deja un final abierto (de lo que parece que será una trilogía) para quien le sepa a poco, pero aún así, que nadie se confunda, no sabe, ni huele ni sustituye a las viñetas.
Esta pieza acercará Tíntin a generaciones recientes que lo desconocían, manteniendo la magia y lo más importante, sin destruir el recuerdo de los que crecimos disfrutando con las intrigas de este intrépido reportero.
En último lugar, no puedo cerrar esta crítica sin animar a todos los amantes del cine a paladear el Festival Cineuropa durante todo este mes de noviembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario