miércoles, 22 de febrero de 2012

POCA CHISPA

Álex de la Iglesia nos trae de nuevo una tragicomedia crítica con la actualidad, alejada de la  sutileza y el trazo fino, predominando  los brochazos marca de la casa.

 El filme me resultó grotescamente tosco;  la idea de un publicista en paro, que tras una suerte de infortunios termina  en el medio de un teatro romano atravesado por un hierro y rodeado de todo un espectáculo mediático en busca de carnaza  televisiva (algo muy de nuestros días), resulta estrambótica y atractiva a partes iguales, a priori.
  
Los personajes están bastante caricaturizados, pero en ocasiones hasta el extremo, y  eso no me convence.  Destacar a José Mota;  hace un papel relativamente sorprendente, pero que no extrañe a nadie tener la sensación en los primeros veinte minutos de estar viendo la  primera en Nochevieja, parece que el disfraz de tío serio no le pega del todo, uno espera que imite a Rubalcaba al mínimo descuido.

 A lo largo de este drama in crescendo, hay toques de humor negro  realmente divertidos,  y que dan sentido a una estética vulgar y  alejada de la belleza.  La idea está bien traída y por momentos convence, aún así la película va perdiendo fuelle  llegando a un final que agoniza  pero que no podría haber sido otro.

 En líneas generales, La chispa de la vida  se deja ver sin sufrimiento,  pero no soy amante del costumbrismo de mercadillo y la sátira barata.

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